En efecto, “el peculiar contexto y dinámica de la asignatura incrementan la posibilidad de riesgos y dudas sobre su profesorado, tanto hombres como mujeres [...] a pocos docentes como estos les ven semidesnudos, en ocasiones comparten vestuario, les separan de su familia durante un tiempo prolongado [...] es decir, en esta materia se multiplica el potencial de la injuria homófoba, que exigen del docente homosexual un mayor autocontrol y vigilancia de sus manifestaciones [que también influyen] en el bienestar general y equilibrio del docente homosexual, y, a la postre, en la calidad de sus clases” (ibid.: 369). En este sentido, en el ámbito anglosajón encontramos diversos estudios que analizan la situación del profesorado homosexual y la cultura heterosexista en las clases de Educación Física.
El heterosexismo, según Hayde y Delamater (2006) es la creencia de que todos los individuos son heterosexuales y que la heterosexualidad es lo normal y lo aceptable, dejando a la homosexualidad u otras orientaciones sexuales en un lugar devaluado y desacreditado, al extralimitarse de las imposiciones de la heteronormatividad. En uno de los primeros trabajos de una autora pionera (Griffin, 1991), se analiza la forma de desarrollo de la identidad entre el profesorado homosexual, encontrando que este profesorado gestionaba su orientación sexual en la escuela desde la ocultación hasta la exposición y defensa pública de su homosexualidad.
En esta misma línea, encontramos el estudio de Clarke (1998) sobre mujeres lesbianas, donde afirma que la cultura deportiva separa a mujeres heterosexuales y homosexuales con el fin de mantener la hegemonía, forzándolas a permanecer invisibilizadas o, como afirma Sykes (1998; 2001), silenciadas por la heteronormatividad.
Esto mismo sucede, no solo con lesbianas en las clases de Educación Física, sino que otros colectivos (gays, lesbianas bisexuales...) sufren este modo de discriminar, obligando a muchos de ellos a esconder sus identidades sexuales (Devís et al., 2005). La mayoría de las profesoras de Educación Física lesbianas (Lenskyj, 1997; Sparkes, 1994) reconocen sufrir experiencias de acoso sexual en sus vidas, e incluso pérdida de sus trabajos, así como ser vistas por el resto de la sociedad como pervertidas en su trabajo con niños y niñas en las clases de Educación Física. Para evitar estas situaciones, las homosexuales tienden a desarrollar los atributos tradicionalmente asignados a las mujeres, llegando a lo que se conoce como hiperfeminidad (Clarke, 1998). Morrow y Gill (2003) comprobaron las percepciones del profesorado de Educación Física sobre la homofobia, encontrando que los comportamientos homofóbicos son comunes en las escuelas de secundaria y que el profesorado falla en su intento por crear un ambiente inclusivo en sus clases. Los investigadores (Clarke, 2006a; Sykes, 2004) recalcan que uno de los mecanismos para oprimir a las personas homosexuales en Educación Física es el uso peyorativo del lenguaje. La poca existencia de investigaciones sobre el profesorado homosexual en Educación Física supone un hándicap para la comprensión de esta problemática (Clarke, 2006b), como sucede principalmente en el contexto español. Si bien encontramos estudios que analizan el binomio profesorado/homosexualidad en las clases de Educación Física, localizamos pocos trabajos que analizan dentro de este mismo contexto al alumnado.
En España, el trabajo de Piedra et al. (2014), con profesorado de Educación Física señala que el profesorado es consciente de la existencia en sus clases de problemas y discriminaciones relacionadas con la diversidad sexual, y que además afirma atajar. Sin embargo, la falta de formación específica dificulta un trabajo adecuado y efectivo ante este tipo de situaciones. Igualmente, aunque de manera tangencial, el estudio de Blández et al. (2007), da a conocer el uso del lenguaje homofóbico para insultar a aquellos niños y niñas que no cumplen con los estereotipos atribuidos a su sexo. En el contexto norteamericano, el único estudio que contempla al alumnado dentro de la muestra es el realizado por Morrow y Gill (2003), revelando que el alumnado de Educación Física ha sido alguna vez consciente de comportamientos homofóbicos y heterosexistas, tanto hacia otros estudiantes como hacia el profesorado de Educación Física, principalmente por el uso del lenguaje. En su revisión de los trabajos sobre homofobia en las clases de Educación Física, Ayvazo y Sutherland (2009) y Clarke (2006b) plantean para erradicar la homofobia trabajar el respeto a los demás, apreciar las diferentes orientaciones sexuales y demostrar un comportamiento inclusivo.
Del mismo modo, recalcan la necesidad de cambiar la formación del futuro profesorado de Educación Física, para que tenga las herramientas y experiencias necesarias con las que propiciar los cambios planteados en la asignatura. Sin embargo, muchos docentes prefieren ignorar los conflictos que surgen en la escuela por causa de la discriminación homofóbica para evitarse problemas, descalificaciones... Por desgracia, como asevera Lenskyj (1997), es frecuente la existencia de una oposición significativa en algunos contextos dentro de la Educación Física a tratar abiertamente este tema.
Revista Española de Sociología (RES) 2019 © Federación Española de Sociología
(Fotografía de Free Photo)
Esta crónica pertenece "Visibilizando el deporte LGBTIQ+", proyecto financiado a través del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social 2023 del Gobierno de Chile y del Consejo Regional.