.gif)
Seleccionado nacional de fútbol.
A los 31 años, la sinceridad del chileno José Pedro Fuenzalida conmueve pero es entendible: tras ser convocado y no jugar ni un minuto en la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014 y en la Copa América Chile 2015, su rol en la actual Copa América Centenario ha sido totalmente distinto.
Tan distinto que, después de haber paseado por toda la banda derecha del equipo hasta aquí, es una fija para la final del domingo 26 de junio contra Argentina.
Repase. Fuenzalida fue suplente en el debut ante la misma Argentina, entró en el segundo tiempo como volante y en apenas 8 minutos hizo un gol, el primero que la Roja le marca a la Albiceleste por el torneo en 57 años -la final de 2015 terminó 0-0 y Chile ganó por penales-.
Volvió a saltar desde la banca en el encuentro con Bolivia, aunque ahora ingresó de lateral por Mauricio Isla. Tan bien cumplió su función que desde ese momento Juan Antonio Pizzi siempre le encontró un lugar entre titulares: fue extremo contra Panamá, lateral en la paliza sobre México y otra vez delantero ante Colombia.
Es más, en la semifinal con los colombianos Fuenzalida participó en la jugada del primer gol y anotó el segundo. Así, cinco partidos le alcanzaron para duplicar la cantidad de goles que, desde su debut con Marcelo Bielsa en 2008, había anotado en sus 24 juegos anteriores con la selección.
"Es importante para uno cuando participa", reconoció Fuenzalida al diario La Tercera días atrás. "En estos campeonatos en que se juega cada cuatro días, estar jugando te mantiene bien, concentrado, y eso te pone contento".
Los sellos de su carrera
Ser polifuncional no es nuevo para Fuenzalida, sino más bien la marca de su carrera. Una carrera que se inició en 2004 en la Universidad Católica, que interrumpió por decisión propia en 2007 para estudiar ingeniería comercial y que retomó seis meses más tarde en Colo Colo, otro de los grandes del país.
A esta altura Bielsa comenzó a tenerlo en cuenta para la selección, pero rara vez como titular. Es más, vio poca acción con la Roja y ni esas dos muy buenas temporadas a préstamo en O'Higgins le permitieron formar parte del plantel que viajó a Sudáfrica 2010.
Pero Fuenzalida nunca se resignó. En parte, porque los sucesivos seleccionadores de Chile siguieron citándolo, más allá de jugar intermitentemente. No por nada Jorge Sampaoli lo llevó al Mundial de Brasil aunque luego no lo haya puesto en cancha.
Fanático de la guitarra, el perfil bajo y la palabra medida, siguió buscando su destino en el mismo Colo Colo, primero, y en el Boca Juniors de Argentina, después. Como ahí jugó menos de lo pensado regresó a la Católica nueve años después de su salida.
Es cierto que tardó algunos partidos en readaptarse, pero cobró protagonismo en los tramos finales del Torneo Clausura y resultó decisivo en el último partido, al anotar el gol que puso fin a seis años sin títulos.
Aún así, la aparición de su nombre entre en la lista para la Copa América Centenario generó cuestionamientos. "Fuenzalida, con su rendimiento en última etapa del campeonato, da una muestra que su estado es alto. Tenemos que aprovecharlo", explicó Pizzi.
Tanto lo ha aprovechado que casi nadie discute su decisión de poner a Fuenzalida como extremo por derecha en la final, para conformar el tridente de ataque junto a Alexis Sánchez y Eduardo Vargas.
Pero quizás es su madre Rosario la que mejor interpreta el momento de José Pedro. "Lo que vive hoy es impresionante, su propio mérito, premio a ponerle el corazón todos lo que hace, a la constancia", explicaba a Las Últimas Noticias. "Eso me decía por WhatsApp el otro día: 'Mamá, he aprendido a nunca bajar los brazos hasta el final'. Tiene la mente súper positiva y así es como le han resultado las cosas".
Y por no bajar los brazos ahí está, como protagonista de la historia cuando menos lo imaginaba.
FIFA con edición de magallanesdeportes.cl.
