Desde principio de junio, Don Diego estaba en terapia intensiva padeciendo problemas respiratorios y cardíacos. Tenía 87 años.
“Les pido a todos los argentinos que recen por mi viejo”. Con una voz cortada y medida, con ojos tristes, sin aceptar preguntas y después de viajar de urgencia desde Dubai hacia Buenos Aires, Diego Maradona informaba a principios de junio el estado delicado de salud que tenía su padre. Hoy, 23 días después, a los 87 años, Don Diego Maradona falleció tras no poder superar un cuadro de problemas respiratorios y cardíacos.
Don Diego se encontraba internado en el Sanatorio de Los Arcos, en Palermo: coma inducido en una sala de terapia intensiva. El exfutbolista, desde que conoció la noticia, se instaló de nuevo en la Argentina, canceló compromisos y decidió pasar todo el tiempo posible al lado de su “querido viejo”. “Yo a la Tota (su madre, fallecida en 2011 a los 81 años) le pedí que me espere para darle un beso. Y con mi viejo me dio la satisfacción de verlo bien, no le pude hablar, pero lo pude ver y besar”, había declarado la estrella mundial, aquel martes 2 de junio, cuando regresó al país y se dirigió directamente hacia el sanatorio.
Esta mañana, Don Diego sufrió una descompensación y los médicos decidieron llamar a la familia Maradona. El cuadro se había agravado. Ya no había mucho por hacer. A la tarde llegó la dolorosa confirmación del adiós.
Goal Argentina
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