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QUÉ HACER CUANDO UN PERRO NOS PERSIGUE LADRANDO AL LADO DE NUESTRA BICICLETA

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Problema común de un pedalero urbano.

Habitan las ciudades de todo el mundo y están tan ligados a ellas como nosotros los humanos. Viajan recorriendo sus calles, algunos se reunen en jaurías mientras otros prefieren viajar solos. Son los perros urbanos, hijos del rigor de la calle. Muchos de ellos tienen como travieso pasatiempo perseguir ruedas de vehículos a riesgo de perder hasta la vida. ¿Qué hacer cuando un perro nos espera para luego perseguirnos ladrando al lado de nuestra bicicleta?
No se si exista una receta única para poder lidiar con estos traviesos canes. Lo que sí se, es que sea cual sea la que elijamos, tratemos en lo posible de no agredir ni dañar al animal, que no hace mas que seguir su instinto de perseguir cosas que se desplazan a gran velocidad.
Cuando vamos pedaleando y ponemos atención, es muy probable que veamos al perro ya esperándonos en posición alerta unos metros antes. De esa manera es posible intuir que el animal en cuestión es del tipo travieso y definitivamente va a pasar unos segundos persiguiendo nuestras ruedas o nuestras piernas.
De las estategias que he probado, la que mayor resultado me ha dado es disminuir la velocidad, e incluso detenerme y regañar fuertemente al perro. El hecho de detener la bicicleta le quita inmediatamente la razón de su diversión. El regaño permite alejarlo, cosa de tener el tiempo de montar nuevamente la bicicleta y continuar el viaje.
Cuando no me quiero detener, levanto las piernas para evitar ser mordido y las bajo una vez que el perro se haya aburrido. El inconveniente de esta técnica radica en que al despegar los pies de los pedales, nos colocamos en una situación de estabilidad bastante precaria.
Hay otras veces en que el perro luce demasiado agresivo como para aplicar alguna de las opciones anteriores, por lo que queda solamente colocar toda la potencia que uno tenga y superar rápidamente al perro en velocidad.
Lo que hay que evitar

Quedarse demasiado tiempo mirando al perro sin prestar atención a lo que sucede adelante.
Enfrentar grupos de perros traviesos con alguna de las técnicas anteriores. Enfrentar a uno solo can funciona, ya en grupo la respuesta puede ser demasiado aleatoria.
Golpear o lanzar gases y líquidos tóxicos al animal. Habiendo alternativas menos agresivas, el daño al animal es injustificado.
La cantidad de variables y posibles reacciones de los animales es tan amplia como perros en las ciudades hay, lo que diga aquí no es ley, si no una simple agrupación de técnicas para hacer frente a la situación y no salir mordido o arrojado de la bicicleta.

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