Por Juan Pablo Ramírez.
FÚTBOL CALLE
Nelson Gajardo, profesor de Educación Física en Punta Arenas, explica que partió desde cero, trabajando con neumáticos como arcos, y recuperando espacios marginalizados.
Lo suyo es el fútbol calle junto a Punta Gol, una iniciativa que se implementa en los barrios y colegios, y que está vinculada a la Liga Chilena de Fútbol Callejero.
El objetivo es trabajar con metodologías sociales para desarrollar proyectos comunitarios junto a niños y jóvenes, a través del deporte.
Esta es una disciplina que cuenta con el apoyo de la Federación Internacional de Fútbol Asociado y se ha ido abriendo camino en nuestro país de forma vertiginosa, tanto así que en el presente año la selección nacional en esta materia resultó segunda en el Mundial realizado en Brasil, siendo superada únicamente por la anfitriona. Todo un suceso.
Nelson explica que los cambios son lentos, pero que cada caso de cambio justifica todo el esfuerzo: “Aquí no gana el que mete más goles, sino que llevamos puntajes en base a valores como respeto a las reglas, juego limpio, respeto a las mujeres, y vamos tomando esos puntajes, junto a mediadores sociales”.
La iniciativa, que lucha contra la nieve y las discriminaciones, se ha convertido en una forma de romper las exclusiones de género: “Antes la mujer no tenía participación y ahora la está teniendo. Nosotros generábamos incentivos en partidos entre hombres y mujeres. Y el gol de la mujer valía doble. Hoy vale lo mismo. Se va generando igualdad”.
Como explica el experto, los cambios los van protagonizando quienes participan: “Los que comienzan en el deporte van notando los cambios. Al comienzo había personas que llegaban borrachos o que no llegaban. Pero empezaron a cambiar. Esto es algo que van viendo los más chiquititos”, explica Nelson, que gestiona vínculos con organizaciones de fútbol callejero a nivel regional y con otras ciudades de Argentina.
A la par, la cantidad de beneficiados aumenta, el año pasado más de 750 jóvenes participaron, y se han ido desarrollado alianzas con el mundo público y privado: “El juego en sí es algo muy apasionante, pero comenzamos a apostar a la autonomía, dejar que las reglas las pongan los que juegan. Nuestro objetivo es rescatar espacios públicos. El fútbol es la excusa. Nos apoderamos de la convocatoria para hacer muchas cosas más. Comenzaron a salir los papás a las calles, esos que nunca compartían, estaban limpiando las calles, haciendo vida en comunidad. Grafiteros restaurando paredes, un cambio total en las motivaciones”. Ahmedabad
FÚTBOL CALLE
Nelson Gajardo, profesor de Educación Física en Punta Arenas, explica que partió desde cero, trabajando con neumáticos como arcos, y recuperando espacios marginalizados.
Lo suyo es el fútbol calle junto a Punta Gol, una iniciativa que se implementa en los barrios y colegios, y que está vinculada a la Liga Chilena de Fútbol Callejero.
El objetivo es trabajar con metodologías sociales para desarrollar proyectos comunitarios junto a niños y jóvenes, a través del deporte.
Esta es una disciplina que cuenta con el apoyo de la Federación Internacional de Fútbol Asociado y se ha ido abriendo camino en nuestro país de forma vertiginosa, tanto así que en el presente año la selección nacional en esta materia resultó segunda en el Mundial realizado en Brasil, siendo superada únicamente por la anfitriona. Todo un suceso.
Nelson explica que los cambios son lentos, pero que cada caso de cambio justifica todo el esfuerzo: “Aquí no gana el que mete más goles, sino que llevamos puntajes en base a valores como respeto a las reglas, juego limpio, respeto a las mujeres, y vamos tomando esos puntajes, junto a mediadores sociales”.
La iniciativa, que lucha contra la nieve y las discriminaciones, se ha convertido en una forma de romper las exclusiones de género: “Antes la mujer no tenía participación y ahora la está teniendo. Nosotros generábamos incentivos en partidos entre hombres y mujeres. Y el gol de la mujer valía doble. Hoy vale lo mismo. Se va generando igualdad”.
Como explica el experto, los cambios los van protagonizando quienes participan: “Los que comienzan en el deporte van notando los cambios. Al comienzo había personas que llegaban borrachos o que no llegaban. Pero empezaron a cambiar. Esto es algo que van viendo los más chiquititos”, explica Nelson, que gestiona vínculos con organizaciones de fútbol callejero a nivel regional y con otras ciudades de Argentina.
A la par, la cantidad de beneficiados aumenta, el año pasado más de 750 jóvenes participaron, y se han ido desarrollado alianzas con el mundo público y privado: “El juego en sí es algo muy apasionante, pero comenzamos a apostar a la autonomía, dejar que las reglas las pongan los que juegan. Nuestro objetivo es rescatar espacios públicos. El fútbol es la excusa. Nos apoderamos de la convocatoria para hacer muchas cosas más. Comenzaron a salir los papás a las calles, esos que nunca compartían, estaban limpiando las calles, haciendo vida en comunidad. Grafiteros restaurando paredes, un cambio total en las motivaciones”. Ahmedabad