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REVIVE LAS MEJORES IMÁGENES DE DEPORTES EXTREMOS QUE DEJÓ EL 2022

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Espectaculares proezas alrededor del mundo (y fuera de él).  

Ad portas de recibir un nuevo año, los invitamos a hacer un repaso de todos los momentos que marcaron el 2022, donde atletas le dieron vida a proyectos que estuvieron detenidos en pandemia, muchos de los cuales fueron catalogados de alocados e imposibles, pero al final llegaron a romper récords mundiales. Aquí recapitulamos cinco de las mejores hazañas de deporte extremo que destacaron en el mundo y también en nuestro país.

En el mundo

Fred Fugen sobrevuela las Pirámides de Guiza

En enero de este año, el atleta francés Fred Fugen, tomó su traje de wingsuit y voló por el cielo egipcio atravesando las famosas pirámides de Guiza, convirtiéndose en el primer piloto aéreo en volar tan cerca de ellas. De hecho, se acercó tanto a la Pirámide de Khafre que solo unos centímetros lo separaban de poder tocar las piedras milenarias que forman estás increíbles estructuras. 

Kjeld Nuis destroza su propio récord de patinaje sobre hielo

Con una larga carrera marcada por múltiples medallas en su cuerpo, el patinador holandés de 32 años Kjeld Nuis, decidió callar su mente y hacerle caso a su instinto que no dejaba de decirle “puedes más”. Así, tras cuatro años, fecha en la que el atleta dejó una marca en los récords mundiales en Suecia al alcanzar los 93 km/h patinando sobre hielo; decidió embarcarse en un nuevo desafío de velocidad, rompiendo su propia marca y aumentándola a 103 km/h. Para este nuevo récord, el equipo escogió esta pista natural de una longitud de 3 km y se trabajó con un auto del Rally Dakar con un “captador de viento”, que permitía al patinador alejarse de éste. El auto además fue conducido nada menos que por Seth Quintero, el californiano de 19 años que se convirtió en el piloto más joven en ganar una etapa del Rally.

Aniversario 10 años Stratos


Este 2022 se cumplieron 10 años del salto desde la estratósfera que rompió todo los récords mundiales, y con este motivo se reveló un documental con imágenes inéditas de la hazaña. Después de dos intentos fallidos en la misma semana, Felix Baumgartner hizo historia el 14 de octubre del 2012, rompiendo un récord de más de 50 años, lanzándose hacia la tierra desde el espacio. ¿Cómo lo hizo? Frente a una audiencia de más de dos millones de personas que vieron la misión en vivo. Felix despegó, ascendiendo a 39.000 metros de altura en un globo estratosférico. Mientras la puerta se abría y el ciberespacio contenía el respiro, el piloto se asomó fuera del pórtico, dijo algunos rezos, y saltó. Luego de avanzar a una velocidad máxima de 1,342 km/h en una caída libre de 4 minutos y 19 segundos, Felix abrió su paracaídas y, como un profesional, aterrizó cómodamente en el suelo como si nada hubiera pasado, rompiendo así récords de saltos que se mantuvieron por más de 50 años, el número más alto de vistas en vivo en YouTube y varios estudios científicos destinados a la exploración humana al espacio.

Y en Chile…


“Nada es imposible”, es la frase que rige al destacado paracaidista chileno Sebastián “Ardilla” Álvarez, quien nuevamente sorprendió al mundo en la temporada de invierno con su más reciente hazaña deportiva, 100% ideada y desarrollada en el país: un espectacular salto en el aire en el centro de esquí La Parva, el cual atraviesa volando a 250 km/h y a escasos tres metros por sobre el nivel del suelo, solamente utilizando un traje de wingsuit, y ninguna fuente de energía adicional más que su cuerpo y las leyes de la física.

Para tal proeza, “Ardilla” aprovechó una nevada para dar vida a un proyecto que desde hace más de diez años quería concretar en Chile. Para ello, junto a su equipo se trasladaron a la zona montañosa completamente cubierta por la nieve propia de la temporada. Allí, Sebastián abordó un helicóptero que debía alcanzar los 3 mil metros de altura que le permitirían al ex piloto de la FACH saltar y contar con el tiempo y la distancia para ejecutar un vuelo que no daba posibilidad al más mínimo error, pues Álvarez atravesaría a toda velocidad entre medio de los distintos edificios del centro de esquí, en un espacio no mayor a los 4 metros de ancho que separan a uno de otro, por lo que cualquier problema de cálculo sería fatal.