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¿CÓMO EVITAR QUE EL TRABAJO SE CONVIERTA EN UN IMPEDIMENTO PARA UNA DIETA SANA?

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Algunos simples consejos pueden hacer la diferencia.

Una vida sana pasa obligatoriamente por dos puntos muy concretos, una alimentación sana y una actividad física constante. Estos dos principios pueden parecer más simples de lo que realmente son, pues cuentan con un escollo bastante importante, nuestra vida laboral. Realmente, la actividad física no es demasiado problema, pues basta con buscar en los anuncios clasificados online un gimnasio cerca de casa o el trabajo para ir antes o después de trabajar, o simplemente salir los fines de semana a hacer deporte. Sin embargo, el tema de la alimentación es más problemático, pues la mayoría de nosotros trabajamos en algún tipo de oficina pasando la mayor parte del día sentados frente a una computadora, con lo que terminamos comiendo cualquier cosa, desde alimentos industriales a menús para trabajadores llenos de grasas y fritos.

Afortunadamente no hay porque perder la esperanza, pues lo único que necesitamos para tener una dieta sana y equilibrada en el trabajo es un poco de organización y fuerza de voluntad, pues sin darnos cuenta podemos cambiar nuestros hábitos y conseguir que el trabajo no sea un obstáculo en nuestra salud.

Lo casero siempre es mejor. La única forma de saber exactamente que estamos comiendo es cocinar nosotros mismos. Para esto lo mejor es acudir al mercado de forma seguida, observando cuales son los alimentos de temporada y optando sobre todo por la verdura y la fruta, acompañada con un poco de carne y pescado. Cocinar puede convertirse incluso en un hobby, pues sólo hay que mirar un par de libros de recetas de comida sana para ver que la diversión y la variedad no están para nada reñidas con lo sano.

Maneja los tiempos a tu favor. Lo cierto es que hasta cierto punto importa más cómo comemos que qué comemos. Para que nuestro cuerpo se nutra mejor lo ideal es comer siempre a la misma hora, no variando más de media hora de un día a otro, e intentar dividir todo el alimento en unas cinco o seis ingestas diarias. Si comemos de forma desordenada y nos saltamos comida nuestro cuerpo tenderá a pensar que el alimento es escaso y guardará más grasas. El objetivo de comer poco muchas veces es evitar los picos de hambre y saciedad, que nos pueden provocar desde irritabilidad hasta somnolencia.

Alimentarse es algo más que tragar. Nunca, bajo ningún concepto, te limites a comer cualquier cosa en tu escritorio sin levantar la mirada de la computadora, pues así simplemente engullirás y comerás mucho más de lo que necesitas para saciarte. Lo mejor es comer en compañía, no sólo para mejorar el ambiente en nuestro puesto de trabajo, sino para comer mejor. Si charlamos mientras comemos, espaciaremos más los bocados, de modo que con mucha menos cantidad nos saciaremos y saboreamos mejor los alimentos.

LiLi