| El arbitraje es parte esencial del funcionamiento del fútbol amateur regional. Fotografía magallanesdeportes.cl. |
El debate generado en torno al financiamiento del fútbol amateur en Magallanes trascendió rápidamente la discusión sobre cifras y abrió una reflexión más profunda sobre la forma en que se distribuyen los recursos públicos destinados al deporte en la región.
A partir de los cuestionamientos y opiniones surgidas tras la publicación de las últimas notas, ex autoridades del área coincidieron en que el problema de fondo no radica únicamente en los montos asignados, sino en la ausencia de una planificación clara y criterios definidos que orienten la inversión deportiva regional.
Leonidas Hernández, ex Seremi del Deporte, señaló que Magallanes arrastra desde hace años la falta de una política regional del deporte que permita ordenar prioridades y establecer una hoja de ruta. Según explicó, hoy no existe claridad respecto a qué actividades tienen un carácter formativo, cuáles apuntan al alto rendimiento ni cómo se evalúa el impacto social o territorial de los proyectos financiados.
En ese sentido, advirtió que la discusión no debería centrarse en si una organización recibe más o menos recursos, sino en cuáles son los criterios que utiliza el Estado y el Gobierno Regional para asignarlos. “No hay una vara clara que permita medir participación, resultados, proyección o rol formativo”, planteó, agregando que esta falta de orden termina generando especulaciones y tensiones entre las propias organizaciones deportivas.
Una visión similar expresó Osvaldo Oyarzo, ex presidente de la Asociación Regional de Fútbol, quien destacó el rol social del deporte como herramienta de integración, educación y cohesión comunitaria. Para Oyarzo, invertir en eventos deportivos locales, regionales o nacionales puede tener un impacto positivo en la calidad de vida de la ciudadanía, especialmente en una región como Magallanes, donde muchas familias no tienen la posibilidad de salir de vacaciones durante el verano.
Ambos coinciden en que el desafío no pasa por cuestionar a las organizaciones que postulan y acceden a fondos públicos, sino por avanzar hacia una planificación de largo plazo, con reglas claras, objetivos definidos y criterios transparentes que permitan un desarrollo equilibrado del deporte regional.
El debate abierto en los últimos días deja en evidencia que la discusión sobre el deporte en Magallanes va más allá de una cifra puntual. Lo que está en juego es la necesidad de ordenar la inversión pública, definir prioridades y construir una política deportiva con mirada estratégica y sentido de futuro.