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LA HISTORIA DEL OLIMPISMO NACIONAL: MANUEL PLAZA

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Por Cristián Muñoz Funck, Comité Olímpico de Chile.

¿Se Perdió Manuel Plaza?
Uno de los grandes mitos del deporte nacional ha sido la creencia de que Plaza no ganó la medalla de oro en el maratón de Amsterdam 1928, porque perdió el camino y con ellos, valiosos metros que le impidieron ganar a El Ouafi, que lo superó por sólo unos segundos.
¿Pero de dónde salió la creencia de que Plaza se perdió?
En todas las entrevistas inmediatamente posteriores a la carrera, ni el propio Plaza ni los otros integrantes de la delegación que acompañaron a Manuel durante el trayecto, mencionaron este hecho. Como tampoco lo hicieron el periodista Carlos Fanta, que iba siguiendo la carrera en el vehículo de la prensa, y el jefe de la delegación nacional Ricardo Müller que controló la prueba desde el carro de los jueces.
Julio Killian, ex atleta y uno de los fundadores del Estadio Los Leones de la colonia alemana residente, se ubicó en el último tramo donde Plaza se habría extraviado. “Yo estaba destacado como control chileno en el último puesto de la Maratón, o sea a dos kilómetros del Estadio.
… Me fui corriendo hacia el Estadio. Ya al llegar a un puente que hay a la entrada, venía Ricardo Müller en un coche.
- “¡y Plaza!”
- Ahí viene
En ese instante pasaba El Ouafi, agotadísimo, cayéndose, y a cuarenta metros, Plaza.
Me puse a su lado corriendo y gritando.
- ¡Manuelito, corre, Manuelito! ¡Ataca fuerte, que el francés se va cayendo! ¡Hazlo por tu mamita! ¡Acuérdate de Chile! ¡Manuelito lindo! ¡Corre, corre!, y no pude seguir, porque los policías me sacaron del camino”.
Fue en 1943, en una entrevista a la revista chilena Barra Brava, donde el mismo Manuel Plaza echa a correr ese rumor, señalando incluso que se perdió dos veces.“Al pasar los 35 mil metros ya estaba en el quinto puesto. Este era el último control, y los chilenos que estaban en el Estadio no volvieron a saber de mí hasta que llegué a 50 metros de El Ouafi. Pero en el trayecto de estos 7250 metros, tomé por un recodo equivocadamente, vi que me hicieron señas, y volví sobre lo andado, tomando por otro recodo; había corrido unos 80 metros, cuando vi que ya no había gente. Entonces comprendí que me había equivocado nuevamente; y por segunda vez tuve que retroceder, para ahora tomar el camino verdadero”.
Posteriormente, en 1956, en una entrevista a la revista VEA, Plaza omite que se haya perdido y agrega otros antecedentes como causales de su segundo lugar: “Yo debí haber ganado la Maratón en Ámsterdam y si no triunfé fue porque estaba solo, sin entrenador, masajista, buena alimentación ni nada. Estaba alojado en donde la gente llevaba mal vivir, así es que no dejaban dormir a nadie”…. Yo que partí último, y llevaba el Nº 686, recibí un puntazo al partir (de parte de un yanqui), que no supe si fue casual o intencional. Lo cierto es que eso agravó mi dolencia al pie derecho, porque entonces tenía una especie de reumatismo, a causa de la lluvia, y había tenido que andar con bastón por la calle. Sólo mi patriotismo me hizo competir en esta prueba. En el sorteo de la carrera me tocó el Nº 1, pegado a los palos. Como digo, salí último porque me quedé atrás, rabiando de dolor y le di un codazo al yanqui que me clavó su zapato en el tobillo. Sin embargo, ni yo ni él reclamamos, ya que de haberlo hecho nos habrían descalificado a los dos”.
Unos meses antes de su muerte, un enfermo Manuel Plaza contó lo sucedido en los metros finales de su carrera en la Maratón de Amsterdam: “Ahora no me acuerdo bien. Perdónenme ustedes. Pero creo que El Ouafi fue el que acortó camino. No es que yo me haya extraviado. Y me ganó por 26 segundos. Lo que más siento es no haber ganado, sino que haber perdido en circunstancias que yo llegué entero y el francés llegó poco menos que muerto a la meta”.