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INTRODUCCIÓN AL DEPORTE LGBTIQ+

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Esta crónica pertenece a Todos, visibilizando el deporte LGBTIQ+.  

La historia del deporte practicado por personas pertenecientes al colectivo LGBTIQ+ es muy reciente, si lo consideramos como una práctica deportiva libre y sin opresiones. A lo largo de la historia del deporte la orientación sexual representaba un tema tabú, disimulado, cuando no perseguido. 

Es, por ello, que con gran probabilidad algunos de los y las deportistas del pasado y presente han representado y representan a esta minoría sexual, sin necesidad de que dicha condición sea conocida por las personas con las que se coincide en la práctica deportiva. Desde este último punto de vista, teniendo en cuenta que en uno de los últimos estudios sobre población LGTBI en Europa (Dalia, 2016) se concluyó que al menos el 6 % de la población europea se consideraba miembro de este colectivo —ocupando los tres primeros puestos Alemania (7,4 %), España (6,95 %) y Reino Unido (6,5 %)—, por probabilidad al menos un porcentaje aproximado debiera representar la media de frecuencia de personas LGTBI en el ámbito del deporte. De cumplirse esta hipótesis, significaría que en España alrededor de 1.300.000 personas LGTBI practicarían deporte, y 273 de los 4.553 deportistas de alto nivel que tiene catalogado el Consejo Superior de Deportes en 2017 pertenecerían a alguna minoría sexual. Así, desde el mismo supuesto hipotético, en disciplinas como el fútbol habría algo más de 42.000 futbolistas LGTBI federados según los datos oficiales de 2016, entre los cuales 142 lo harían como profesionales. 

Sin embargo, las circunstancias sociales, religiosas y culturales impedían y siguen impidiendo el reconocimiento y la aceptación de esta realidad. De hecho, hoy día sigue habiendo gran número de países y sociedades que persiguen y castigan a las personas que hacen pública su orientación sexual no heteronormativa. Pese a todo, el cambio social vivido en algunos países occidentales ha conferido un carácter más aperturista y respetuoso en las últimas décadas a la diversidad sexual. Concretamente en el deporte, estos cambios sociales y políticos han permitido, como menciona Griffin (2012), que cada vez haya más deportistas abiertamente LGTBI, que cada vez sean más los deportistas heterosexuales que defienden los derechos de gays y lesbianas y que exista una mayor concienciación de los técnicos. 

Algunas organizaciones comienzan a afrontar esta problemática en el deporte: existe una mayor información accesible para deportistas, incluso se comienzan a elaborar programas y guías para trabajar con este colectivo minoritario en el deporte. Hasta que el cambio de valores en nuestra sociedad no ha posibilitado la comprensión de esta realidad social, no como una desviación o enfermedad, sino como un rasgo de la personalidad del individuo, no ha sido posible asistir a lo que algunos autores denominan como “democratización de la práctica deportiva” (Moscoso et al., 2014). A raíz de las discriminaciones y ataques sufridos por deportistas LGTBI, surge todo un movimiento deportivo que quiere dar cabida a todas las personas que, sin tener en cuenta su orientación sexual, quieran disfrutar del deporte con las máximas garantías sociales. 


Revista Española de Sociología (RES) 2019 © Federación Española de Sociología


(Fotografía de Free Photo)


Esta crónica pertenece "Visibilizando el deporte LGBTIQ+", proyecto financiado a través del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social 2023 del Gobierno de Chile y del Consejo Regional.