Investigadoras del equipo internacional de la UNINI México al frente de este proyecto responden preguntas sobre el mismo.
La pandemia producida por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ha avanzando a un ritmo vertiginoso, tanto que a muchos países ha llegado sin posibilidad de que se tomarán las precauciones debidas para evitar que miles de personas desarrollarán la enfermedad que produce este virus (COVID-19).
Todos los días se generan datos e información sobre COVID-19, pero no todo son datos de nuevos infectados y muertes por la enfermedad, por fortuna, la producción científica en esta materia no ha hecho más que crecer, lo cual nos brinda más conocimientos sobre la enfermedad y con ello más esperanzas de posibles soluciones.
No todos los países del mundo han respondido de igual manera ante la pandemia, pero la estrategia adoptada por la mayoría ha incluido el confinamiento. Se sabe que cerca de una tercera parte de población mundial está actualmente confinada, lo que supone 2.500 millones de personas encerradas en sus casas para evitar contagios. Lo cual de manera innegable ha obligado a realizar cambios en los hábitos de vida.
Desde la Universidad Internacional Iberoamericana de México (UNINI-México) se ha diseñado el estudio Hábitos Alimentarios durante el Confinamiento por COVID-19 (HALCON – COVID-19) con el objetivo de conocer las modificaciones de hábitos alimentarios en la población para así proponer directrices y acciones que ayuden a mitigar la inseguridad alimentaria.
HALCON – COVID-19 ha sido la primera encuesta enfocada en hábitos alimentarios de habla hispana y portuguesa puesta en marcha desde México con proyección mexicana e internacional. Los primeros datos fueron recogidos en etapas muy iniciales del confinamiento en Latinoamérica (desde el 26 de marzo) y al momento se cuenta con una base de datos de más de 10.000 participantes mayoritariamente mexicanos.
Así pues, el grupo de investigación está en condiciones de disponer y estudiar datos recogidos prácticamente desde el inicio del confinamientoy así dibujar un panorama más completo de la situación alimentaria y con ello proponer acciones más definidas.
Investigadoras del equipo internacional de la UNINI México al frente de este proyecto responden preguntas sobre el mismo:
IRMA DOMÍNGUEZ Coordinadora Internacional Posgrado Áreas Salud – eLearningen la Universidad Europea del Atlántico.
¿Qué cambios puede estar experimentando la población en materia alimentaria?
Antes de la declaración del estado de alarma por COVID-19, ya se evidenciaba un cambio en los hábitos alimenticios y de vida en la población. El aumento de las horas de trabajo y disponibilidad cada vez menor de tiempo para cocinar hizo que mucha gente se acostumbrara a las compras en grandes superficies o supermercados (donde que encuentran prácticamente de todo lo necesario), evitando desplazarse a mercados locales y minoristas donde se compra cada cosa por separado: fruta y verdura en la frutería, carne en la carnicería, pescado en la pescadería, pan en la panadería… poniendo en riesgo la supervivencia de pequeños comercios y mercados locales. Además, muchas personas y familias incorporaron en sus hábitos las comidas en restaurantes o la compra de comida para consumo fuera del hogar.
Con el confinamiento muchas familias se encuentran con mayor tiempo para estar en casa y menor tiempo para salir a comprar es posible que estas prácticas se estén modificando.
¿Qué importancia tiene la alimentación frente a la COVID-19?
Aunque la mayoría de los esfuerzos se están proyectando a combatir y contener la enfermedad, es importante considerar que hay factores de riesgo importantes que condicionan la gravedad y evolución de la COVID-19 que si bien se han venido gestando tiempo atrás hay que atender y solucionar.
Se sabe que los casos graves y mortales por COVID-19 se han presentado en personas de edad avanzada y en aquellos con comorbilidades subyacentes como son la obesidad, la diabetes tipo 2 y la hipertensión arterial, enfermedades asociadas una mala alimentación, lo cual aumenta el riesgo de hospitalización y la necesidad cuidados intensivos.
Es preciso por tal que la población cuente con directrices que orienten a una mejor alimentación y estilos de vida saludable. Es muy importante potenciar los recursos para el mantenimiento de una buena salud (y sistema inmune) y/o evitar el empeoramiento de enfermedades crónicas ya pre-existentes en la población confinada.
Conviene estar preparados para cualquier otra situación similar que a futuro se pueda presentar.
Coordinadora de la Licenciatura en Nutrición en la Universidad Internacional Iberoamericana
¿Qué consecuencias puede tener el confinamiento en el suministro de alimentos?
El estado de confinamiento o distanciamiento social tienen graves repercusiones tanto en el acceso como en la utilización de los alimentos. La accesibilidad y disponibilidad de los alimentos depende de factores más allá del individuo y están más directamente relacionados con las acciones y políticas a nivel comunitario, nacional y mundial.
En este sentido tenemos dos grandes preocupaciones:
El estado de confinamiento provocado por esta pandemia puede devastar los medios de vida y agravar el estado de inseguridad alimentaria de las personas más vulnerables, es decir, personas que viven en pobreza, con escasos recursos o con empleo informal ya que no tienen garantizados ingresos económicos a menos de que trabajen.
Por otro lado, el confinamiento genera gran temor ante una inminente crisis económica y recesión mundial. El confinamiento ha ocasionado una disminución de la fuerza laboral en todos los sectores económicos y en algunos países incluso ha llevado a un colapso en la cadena de suministro de alimentos; al menos los primeros días se han producido compras de pánico y el almacenamiento de productos alimenticios, con agotamiento aunque muchas veces de manera parcial de ciertos productos, muchos supermercados muestran largas filas de consumidores para ingresar a las instalaciones a comprar sus alimentos tratando de respetar la distancia de seguridad; adicionalmente, aquellas tiendas o supermercados que ofrecen servicios en línea no pueden satisfacer la demanda por el elevado número de solicitudes… todos estos factores impactan en las decisiones en materia alimentaria.
¿Qué se espera hacer con los datos obtenidos del Estudio HALCON – COVID-19?
Conocer las modificaciones y nuevas prácticas alimentarias resultado del estado de confinamiento permitirá generar un diagnóstico de los posibles riesgos a los que se ve expuesta la población y con ello el desarrollo de directrices de alimentación, nutrición, estilo de vida saludable y seguridad alimentaria que permitan mitigar los efectos negativos derivados de una mala alimentación durante el estado de confinamiento así como proponer estrategias en materia de gestión alimentaria que mejoren la seguridad alimentaria y potenciar los recursos con los que cuenten las comunidades.
FUNIBER
La pandemia producida por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ha avanzando a un ritmo vertiginoso, tanto que a muchos países ha llegado sin posibilidad de que se tomarán las precauciones debidas para evitar que miles de personas desarrollarán la enfermedad que produce este virus (COVID-19).
Todos los días se generan datos e información sobre COVID-19, pero no todo son datos de nuevos infectados y muertes por la enfermedad, por fortuna, la producción científica en esta materia no ha hecho más que crecer, lo cual nos brinda más conocimientos sobre la enfermedad y con ello más esperanzas de posibles soluciones.
No todos los países del mundo han respondido de igual manera ante la pandemia, pero la estrategia adoptada por la mayoría ha incluido el confinamiento. Se sabe que cerca de una tercera parte de población mundial está actualmente confinada, lo que supone 2.500 millones de personas encerradas en sus casas para evitar contagios. Lo cual de manera innegable ha obligado a realizar cambios en los hábitos de vida.
Desde la Universidad Internacional Iberoamericana de México (UNINI-México) se ha diseñado el estudio Hábitos Alimentarios durante el Confinamiento por COVID-19 (HALCON – COVID-19) con el objetivo de conocer las modificaciones de hábitos alimentarios en la población para así proponer directrices y acciones que ayuden a mitigar la inseguridad alimentaria.
HALCON – COVID-19 ha sido la primera encuesta enfocada en hábitos alimentarios de habla hispana y portuguesa puesta en marcha desde México con proyección mexicana e internacional. Los primeros datos fueron recogidos en etapas muy iniciales del confinamiento en Latinoamérica (desde el 26 de marzo) y al momento se cuenta con una base de datos de más de 10.000 participantes mayoritariamente mexicanos.
Así pues, el grupo de investigación está en condiciones de disponer y estudiar datos recogidos prácticamente desde el inicio del confinamientoy así dibujar un panorama más completo de la situación alimentaria y con ello proponer acciones más definidas.
Investigadoras del equipo internacional de la UNINI México al frente de este proyecto responden preguntas sobre el mismo:
IRMA DOMÍNGUEZ Coordinadora Internacional Posgrado Áreas Salud – eLearningen la Universidad Europea del Atlántico.
¿Qué cambios puede estar experimentando la población en materia alimentaria?
Antes de la declaración del estado de alarma por COVID-19, ya se evidenciaba un cambio en los hábitos alimenticios y de vida en la población. El aumento de las horas de trabajo y disponibilidad cada vez menor de tiempo para cocinar hizo que mucha gente se acostumbrara a las compras en grandes superficies o supermercados (donde que encuentran prácticamente de todo lo necesario), evitando desplazarse a mercados locales y minoristas donde se compra cada cosa por separado: fruta y verdura en la frutería, carne en la carnicería, pescado en la pescadería, pan en la panadería… poniendo en riesgo la supervivencia de pequeños comercios y mercados locales. Además, muchas personas y familias incorporaron en sus hábitos las comidas en restaurantes o la compra de comida para consumo fuera del hogar.
Con el confinamiento muchas familias se encuentran con mayor tiempo para estar en casa y menor tiempo para salir a comprar es posible que estas prácticas se estén modificando.
¿Qué importancia tiene la alimentación frente a la COVID-19?
Aunque la mayoría de los esfuerzos se están proyectando a combatir y contener la enfermedad, es importante considerar que hay factores de riesgo importantes que condicionan la gravedad y evolución de la COVID-19 que si bien se han venido gestando tiempo atrás hay que atender y solucionar.
Se sabe que los casos graves y mortales por COVID-19 se han presentado en personas de edad avanzada y en aquellos con comorbilidades subyacentes como son la obesidad, la diabetes tipo 2 y la hipertensión arterial, enfermedades asociadas una mala alimentación, lo cual aumenta el riesgo de hospitalización y la necesidad cuidados intensivos.
Es preciso por tal que la población cuente con directrices que orienten a una mejor alimentación y estilos de vida saludable. Es muy importante potenciar los recursos para el mantenimiento de una buena salud (y sistema inmune) y/o evitar el empeoramiento de enfermedades crónicas ya pre-existentes en la población confinada.
Conviene estar preparados para cualquier otra situación similar que a futuro se pueda presentar.
Coordinadora de la Licenciatura en Nutrición en la Universidad Internacional Iberoamericana
¿Qué consecuencias puede tener el confinamiento en el suministro de alimentos?
El estado de confinamiento o distanciamiento social tienen graves repercusiones tanto en el acceso como en la utilización de los alimentos. La accesibilidad y disponibilidad de los alimentos depende de factores más allá del individuo y están más directamente relacionados con las acciones y políticas a nivel comunitario, nacional y mundial.
En este sentido tenemos dos grandes preocupaciones:
El estado de confinamiento provocado por esta pandemia puede devastar los medios de vida y agravar el estado de inseguridad alimentaria de las personas más vulnerables, es decir, personas que viven en pobreza, con escasos recursos o con empleo informal ya que no tienen garantizados ingresos económicos a menos de que trabajen.
Por otro lado, el confinamiento genera gran temor ante una inminente crisis económica y recesión mundial. El confinamiento ha ocasionado una disminución de la fuerza laboral en todos los sectores económicos y en algunos países incluso ha llevado a un colapso en la cadena de suministro de alimentos; al menos los primeros días se han producido compras de pánico y el almacenamiento de productos alimenticios, con agotamiento aunque muchas veces de manera parcial de ciertos productos, muchos supermercados muestran largas filas de consumidores para ingresar a las instalaciones a comprar sus alimentos tratando de respetar la distancia de seguridad; adicionalmente, aquellas tiendas o supermercados que ofrecen servicios en línea no pueden satisfacer la demanda por el elevado número de solicitudes… todos estos factores impactan en las decisiones en materia alimentaria.
¿Qué se espera hacer con los datos obtenidos del Estudio HALCON – COVID-19?
Conocer las modificaciones y nuevas prácticas alimentarias resultado del estado de confinamiento permitirá generar un diagnóstico de los posibles riesgos a los que se ve expuesta la población y con ello el desarrollo de directrices de alimentación, nutrición, estilo de vida saludable y seguridad alimentaria que permitan mitigar los efectos negativos derivados de una mala alimentación durante el estado de confinamiento así como proponer estrategias en materia de gestión alimentaria que mejoren la seguridad alimentaria y potenciar los recursos con los que cuenten las comunidades.
FUNIBER