No pudo con Colombia.
Nos habíamos acostumbrado a ver a nuestra selección adulta a obtener grandes resultados y por supuesto ser campeones; Esto sin lugar a dudas resulta una gran imagen para las generaciones venideras y por tal motivo, el interés del mundo futbolístico se enfocó en la “roja” sub-20, con la esperanza de realizar un gran papel y por supuesto de clasificar al mundial.
Las declaraciones de estos noveles jugadores, hacían presagiar que serían un gran equipo, porque no, si la mayoría de ellos están jugando de titular en sus respectivos equipos.
Pero se comenzó con muchas dudas, aunque con los 2 empates iniciales, ante Brasil y los organizadores de Ecuador, se esperaba que el despegue futbolístico seria ante Paraguay y Colombia.
Sin lugar a dudas, esto no ocurrió y termino por enterrar el sueño mundialista, finalizando con 2 derrotas que los ubico en el último lugar del grupo A.
En lo futbolístico, lo más rescatable fue el sector defensivo, que mostro una buena solidez y de hecho, solo le encajaron 4 goles. Pero de mediocampo hacia arriba fue un equipo limitado, sin chispa y con un orden táctico un poco deslucido, sin coherencia.
Es más, siempre jugo a esperar al rival y lograr un contraataque que permitiera convertir un gol (en especial ante Brasil y Ecuador); Lo otro que llamo poderosamente la atención, fue la excesiva cantidad de cambios de jugadores por partido que ocupo el director técnico Héctor Robles; Esto, sin lugar a dudas afecta el funcionamiento de cualquier equipo.
Lo demostrado con esta selección nos hace retroceder a un futbol de hace 20 años atrás, donde las decepciones y fracasos se acentuaban en nuestro futbol nacional; Ahora, el cuerpo técnico y jugadores deberán asumir estos resultados, que quieran o no y comparados a los recientes éxitos futbolísticos, fue un fracaso rotundo.