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EL EFECTO HIPOTENSOR DE LA ACTIVIDAD FÍSICA


Puede jugar un papel clave en la reducción y eliminación de la hipertensión arterial crónica.

El ejercicio ha demostrado promover reducciones agudas en la presión arterial después del ejercicio. Este fenómeno, llamado hipotensión post-ejercicio, puede jugar un papel clave en la reducción y eliminación de la hipertensión arterial crónica y el descenso del riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares.

Una pequeña reducción de la PAS de tan sólo 3 mmHg puede disminuir la probabilidad de tener un accidente cerebrovascular y enfermedad coronaria arterial en sujetos normotensos o hipertensos.

Clasificación Presión sistólica(mmHg) Presión diastólica(mmHg)
Óptima <120 br=""> Normal 120–129 80-84
Normal-alta 130-139 85–89
HTA grado 1 140–159 90-99
HTA grado 2 160-179 100-109
HTA grado 3 ≥180 ≥110
Carga y tipo de entrenamiento
Las variables principales a controlar en el entrenamiento: intensidad, volumen (número de series, repeticiones y ejercicios) e intervalos de descanso entre series pueden influir potencialmente en la respuesta de la presión arterial después del ejercicio y de la frecuencia cardiaca. Lo que está más claro es que el entrenamiento aeróbico es el más recomendado para tratar estas patologías dado su carácter especialmente dinámico en comparación con el ejercicio de fuerza.

Actualmente, no hay un claro consenso sobre los efectos de la intensidad de carga del entrenamiento de fuerza en la respuesta hipotensora post-ejercicio, pero tampoco es cierto que el trabajo con pesas sea siempre contraproducente para ayudar a tratar la hipertensión.

Los entrenamientos en circuito realizados a intensidades moderadas-bajas (40-60% 1RM) y altas repeticiones (15-25) sí han demostrado cierto grado de mejora dado el importante componente aeróbico del mismo. Si bien es cierto que, bajo una perspectiva profesional, creo inviable mantener este tipo de entrenamiento en el tiempo sin dar variedad a la metodología. Además, especialmente el género masculino, se ve atraído por un tipo de entrenamiento estructurado en series, repeticiones y descansos más que por el entrenamiento en circuito (lo que no quiere decir que las mujeres no debieran interesarse por realizarlo también). Por este motivo, analizar diferentes intensidades a partir del 60% 1RM (bajar de 12 repeticiones) parece necesario para conocer el abanico de posibilidades que se pueden incluir en el entrenamiento.

Es cierto que se necesita más investigación al respecto, pero los resultados obtenidos hasta el momento son prometedores en cuanto a que el entrenamiento de intensidad moderada-alta (60% – 80% de 1RM) y volumen moderado (8-15 repeticiones) puede ayudar a reducir la presión arterial de forma aguda después del entrenamiento, especialmente entre personas en primeras fases del desarrollo de la presión arterial alta (situación en crecimiento por el estrés laboral, entre otros motivos).

Para ser más concretos, una intensidad de carga del 70% de 1RM (10-12 repeticiones) es superior en la reducción de la tensión arterial en comparación con cargas del 60% 1RM (15 reps) o 80% 1RM (7-8 reps).

¿Por qué este efecto hipotensor?
El mecanismo es probablemente multifactorial y, de acuerdo con la mayor parte de los estudios, relacionado con una disminución de las resistencias periféricas. Entre los posibles mecanismos, se incluyen:

Inhibición central de las vías eferentes simpáticas.
Modificaciones de la respuesta vascular a diferentes estímulos (menor estímulo alfa-adrenérgico que motivaría vasoconstricción) y a determinadas sustancias con acción vasodilatadora (óxido nítrico, prostaglandina, adenosina y ATP) cuya secreción a nivel local es inducida por la contracción muscular y el mayor flujo sanguíneo durante el ejercicio.

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