El deporte ha sido una de las pocas cosas que han funcionado en España en los últimos años. Sólo los triunfos de nuestros deportistas pudieron relegar a un segundo plano, siempre desgraciadamente durante muy poco tiempo, a las habituales malas noticias que llenan periódicos o telediarios. 2011 fue más flojo que 2010 en cuanto a eventos -no hubo, por ejemplo, una gran cita futbolística- y resultados, aunque esto último no rebaja la expectativa de vivir un 2012 repleto de éxitos. Esto es un paseo por lo que vendrá en el año que empieza.
Eurocopa para ser eternos
Casillas levanta la Euro 2008. | Efe
El Mundial de Sudáfrica culminó dos años excepcionales del fútbol español. Se cumplen en junio cuatro del éxito en la Eurocopa de Austria y Suiza, por lo que llega el momento de revalidar el título. Volver a ganar, el 1 de julio en el Olímpico de Kiev, significaría lograr el tercer gran campeonato consecutivo, algo que ninguna selección ha logrado jamás.
El equipo dirigido por Vicente del Bosque ha sufrido un pequeño bajón desde 2010. Si bien en la fase de clasificación para Polonia y Ucrania 2012 firmó un rotundo pleno de victorias, en los amistosos ante selecciones importantes, como Argentina, Italia o Inglaterra, la 'campeona total' no estuvo a la altura. Los resbalones pueden haber servido a España de lección de lo que se encontrará en la Eurocopa, que arranca el 8 de junio y en la que es la gran favorita.
'Clásicos', otra vez
Los cuatro meses de competición consumidos incitan a pronosticar que, al igual que en 2011, los enfrentamientos directos entre Barcelona y Real Madrid van a decidir los tres títulos. Seguro sólo es que no se repetirá la final de la Copa del Rey, ya que ambos equipos sólo podrían encontrarse en cuartos de final (18-25 de enero). Para que eso suceda, los culés deberán eliminar a Osasuna y los blancos al Málaga en octavos de final.
Cristiano vs. Messi, otra vez.
Si se mantiene la actual diferencia -3 puntos- entre Real Madrid y Barcelona en Liga, el 'clásico' del 22 de abril en el Camp Nou, con sólo cuatro partidos por disputar después de este, puede resultar definitivo. Hasta esa fecha, cada jornada será un pequeño pulso a distancia entre los dos 'grandes'.
Y por último, Europa, donde aún habrá que esperar para poner fecha al hipotético cruce entre los dos equipos más en forma del continente. Los emparejamientos de octavos de final -Barcelona vs. Bayer Leverkusen y Real Madrid vs. CSKA de Moscú- parecen asequibles para ambos. En cuartos ya podrían enfrentarse. Si no lo hicieran, al menos después de ese sorteo se conocería si es posible reeditar el cruce de semifinales del año pasado o todo quedaría, si superaran a sus respectivos rivales, para la final del 19 de mayo, quizá la más grande jamás disputada de la Liga de Campeones.
Red Bull contra todos
Alonso y Vettel, en Mónaco. | Reuters
Nada hace más daño a la Fórmula 1 que el dominio absoluto de un piloto y su escudería. Lo de Sebastian Vettel y Red Bull en 2011 fue tan exagerado que, si se repite, será inevitable la caída de interés mediático y de espectadores. Y eso es algo que no quiere, como es lógico, Bernie Ecclestone, el 'jefe' del tinglado. La limitación de los difusores soplados, a los que se considera clave en la ventaja de Red Bull, supone una esperanza para sus competidores. Fernando Alonso logró su única victoria en 2011 en el Gran Premio de Gran Bretaña, carrera donde fueron prohibidos.
Las dos grandes escuderías, Ferrari y McLaren, trabajan a destajo para llegar a la primera carrera del año -18 de marzo en Australia- al menos con posibilidades de competir con Red Bull. Si lo logran, el protagonismo será para los pilotos. Esta temporada habrá seis campeones en la parrilla. A los que ya estaban -Michael Schumacher, Fernando Alonso, Sebastian Vettel, Lewis Hamilton y Jenson Button- se une Kimi Raikkonen, que regresa tras dos años de 'relax', en los que ha competido en rallys. Sólo se puede pedir cierta igualdad entre los monoplazas para que regrese el espectáculo.
Nadal
Como es habitual, los tenistas comienzan el año con la raqueta en la mano y sin posibilidad de muchas fiestas. Después de participar en Abu Dhabi en una exhibición, donde perdió ante David Ferrer en semifinales, Rafael Nadal, número dos del mundo, disputará en Doha -2 al 8 de enero- su único torneo antes del primer 'Grand Slam' del año, el Abierto de Australia, desde el 16 al 29 del mismo mes.
Nadal, en Australia 2011. | Reuters
Los objetivos de Nadal no varían respecto a otras temporadas. Para el balear, ocupar el primer lugar del ranking ATP no es algo prioritario. Sí lo son los cuatro 'grandes', Roland Garros, Wimbledon y Abierto de Estados Unidos, además del de Australia, ya nombrado, a los que se unen en 2012 los Juegos Olímpicos, donde defiende la medalla de oro. Habrá, por lo tanto, tres grandes torneos en la capital londinense, pues también se celebrará allí la Copa Masters a final de temporada, título que nunca ha ganado Nadal.
Novak Djokovic comienza el año como número uno, o lo que es lo mismo, carga con la presión que en años anteriores soportaban Roger Federer o Nadal. El serbio -13.630 puntos- dispone de una gran ventaja respecto a sus inmediatos perseguidores -Nadal suma 9.595 y Federer 8.170- pero está obligado a igualar los excepcionales resultados de 2011 para impedir que la diferencia mengüe. Los tres mejores tenistas del mundo serán, salvo irrupción de algún 'outsider' o consagración definitiva de Andy Murray, los máximos favoritos en cada gran cita.
La Copa Davis 2012 no es, en un principio, un objetivo prioritario para los componentes del Equipo español que se proclamó campeón en Sevilla a principios de diciembre. Nadal y Ferrer no tienen intención de disputar esta competición, mientras que parece complicado que se repita la pareja de dobles formada por Fernando Verdasco y Feliciano López. Alex Corretja, nuevo capitán, tiene la misión de mantener el tipo este año y luchar por recuperar la Ensaladera en 2013.
Contador espera al TAS; Valverde regresa
El Tour, sueño de Contador. | Efe
Después de ganar el Giro de Italia y ser quinto en el Tour de Francia, Alberto Contador tiene claro que la prueba gala es el objetivo número uno de la temporada. El ciclista entrena como si nada, pero la realidad es que todo puede saltar por los aires si el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) decide sancionarle por el positivo por clembuterol del año 2010. Se estima que el organismo comunicará su veredicto entre el 15 y el 20 de enero. Si hay absolución, todo habrá acabado, si no, el proceso continuará por la vía ordinaria.
2012 será el año de la reaparición de Alejandro Valverde después de cumplir dos años de sanción al admitir el TAS los recursos de la Federación Internacional de Ciclismo y la Agencia Mundial Antidopaje, que apoyaron las tesis del Comité Olímpico Italiano, órgano que prohibió al ciclista en 2009 correr en ese país durante un año. Y todo esto, sin dar nunca positivo.
Valverde, camino de los 32 años, regresa con ganas venganza. Mira con deseo el Tour de Francia y la Vuelta de España, también el Mundial de Valkenburg y todas las clásicas que ganó antes de la suspensión, como la Lieja-Bastogne-Lieja o la París-Niza, pero 2012 es año olímpico, y eso lo cambia todo.
El gran momento de 2012
Habrá pasado la Eurocopa, el Tour de Francia, los tres primeros 'Grand Slam' de tenis, aproximadamente la mitad de la temporada de Fórmula 1. No digamos lo lejos que estarán ya los 'clásicos'. El 27 de julio en Londres se inauguran los XXX Juegos Olímpicos de la era moderna. Serán algo más de dos semanas de deporte ininterrumpido, en las que el deporte español se enfrenta a un examen que corre el riesgo de no superar.
Las 18 medallas de Pekín, que supieron a poco en su momento, quizá ahora serían firmadas en privado por los responsables del deporte olímpico español. Reconoció el entonces secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, que los 'podios mediáticos' de Rafa Nadal o la selección de baloncesto, encabezada por Pau Gasol, cambiaron la percepción de unos Juegos discretos a nivel general.
España, a la que se puede considerar una potencia deportiva, está acostumbrada a jugar un papel secundario en los Juegos Olímpicos. Es impensable que con la estructura y el presupuesto con el que se cuenta para subvencionar las carreras de los atletas olímpicos se pueda competir con China, Estados Unidos o Rusia, pero no se puede obviar que hay deportes, como el atletismo o la natación, practicados a nivel 'amateur' por muchos españoles y que son los que reparten más medallas en los Juegos, en los que se llevan haciendo mal las cosas durante muchos años.
El desquite de Marta Domínguez
Hay pocas opciones de escuchar el himno nacional en el estadio olímpico de Londres. Manuel Olmedo, cuarto en el último Mundial, y Arturo Casado, campeón de Europa, deben estar en la lucha por las medallas en 1.500 pero el oro no deja de ser un sueño. En parecida situación están, en la misma distancia, Natalia Rodríguez, bronce en Daegu, y Nuria Fernández, actual campeona europea.
Marta Domínguez merece un capítulo aparte. La Guardia Civil acusó a la atleta de dopaje, incitación al dopaje, tráfico de sustancias y delito fiscal pero, uno a uno, los cargos fueron desestimados. La chapuza de la 'operación Galgo' estuvo a punto de acabar con la carrera de la mejor atleta española de la historia. Recuperado el honor y cada vez más en forma después de haber sido mamá en mayo, Marta tiene ante sí la oportunidad de lograr la medalla olímpica en 3.000 obstáculos -especialidad en la que fue campeona del mundo en 2009- que se le escapó en Pekín, cuando en plena lucha por el metal se fue al suelo.
Mediofondo aparte, las opciones de triunfo son remotas aunque siempre hay que tener fe a la marcha. Jesús Ángel García Bragado, que con 42 años participará en sus sextos Juegos Olímpicos, Paquillo Fernández y María Vasco serán nuestros representantes más fiables.
La natación es una incógnita una vez más. Desgraciadamente para los nadadores españoles, los Juegos se celebran en una piscina de 50 metros. Es en piscina corta -25 metros- donde los nuestros logran sus mejores resultados. En cada gran cita, ya sea olímpica o Mundial, se espera el gran salto de la natación española. ¿Puede ser en Londres? Pronosticar una irrupción masiva de los nuestros en las finales es mucho soñar pero hay nombres a los que se les debe pedir lo máximo, que son las medallas. Rafa Muñoz, plusmarquista mundial de 50 mariposa, y Mireia Belmonte, triunfadora en piscina corta, son las principales opciones, sin olvidar a Aschwin Wildeboer o Erika Villaécija.
La piscina pequeña, la de la sincronizada, sí es lugar habitual de triunfos españoles. El crecimiento de este deporte en el país es enorme en los últimos años, gracias en gran medida a Gemma Mengual. La nadadora regresa a la competición después de su maternidad con el oro en la cabeza, aunque igualar las dos platas de Pekín -sólo son olímpicas las especialidades de dúo y por equipos- ya sería un éxito.
Anónimos de oro, estrellas y ausentes
Con muchos meses por delante hasta el comienzo de los Juegos Olímpicos es peligroso señalar deportes o atletas como 'valores seguros'. Nadie sale a competir con la medalla colgándole del cuello. Que se lo pregunten a Usain Bolt. David Cal, con cuatro metales olímpicos en su palmarés y posible abanderado del Equipo español, volverá a acercar al público a un deporte minoritario y poco apoyado como es el piragüismo, donde Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial defienden su oro en K-2 500. También habrá opciones en vela, otro 'clásico' olímpico. El ciclismo en pista y la gimnasia son incógnitas en 2012, dado que ya no están los mejores españoles de todos los tiempos en estos deportes: Gervasio Deferr -dos oros olímpicos y una plata en tres Juegos- y Joan Llaneras -dos oros y dos platas en las mismas participaciones-.
En deportes colectivos masculinos, España aspira a todo. El fútbol español regresa a unos Juegos 12 años después y lo hace con un equipo sensacional en el que destacan Thiago, Muniain o De Gea. En baloncesto, Pau Gasol lidera a la única selección capaz de plantar cara a Estados Unidos. La final de 2008, a pesar de la derrota, es uno de los grandes momentos de la historia del deporte olímpico español. Hockey hierba y balonmano, plata y bronce respectivamente en Pekín, son opciones más que serias.
Habrá medallistas desconocidos, que pasarán en un instante, por una fracción de segundo o un centímetro, de ser anónimos a salir en las fotos. José Luis Abajo o Leire Olaberría vivieron esa maravillosa sensación hace cuatro años. Otros, como Nadal o las estrellas del baloncesto y del fútbol, harán el proceso inverso: vivirán durante unos días como el resto de deportistas, y les encantará.
El Mundo Ahmedabad