El pasado 28 de octubre.
Este 28 de octubre se cumplen 151 años del nacimiento de Jigoro Kano, quien a los veintidós años crea el JUDO (JU =suave, DO=camino). La UNESCO ha declarado al Judo como el mejor deporte inicial formativo para niños y jóvenes de 4 a 21 años.
La Federación Internacional de Judo (FIJ) instituye que a partir de este año se festeje el día anual de concientización sobre el judo y sus valores. Este año, el valor del respeto fue elegido como el tema principal del Día Mundial de Judo.
A los efectos de ilustrar hasta que punto existe el respeto sobre un tatami (Tapiz donde se practica Judo) voy a contar dos historias:
De un artículo de la revista Cinturón Negro, escrito por Dave Lowry, conocido practicante de artes marciales, extracto lo siguiente: “ El Judo…introducido en 1964 en los Juegos Olímpicos de Tokio” “¡Los japoneses fueron derrotado en su propio terreno!
Akio Kaminaga, tres veces campeón nacional de Japón enfrentó al holandés Antón Geesink por la medalla de oro en judo ¡y perdió!
Fue un encuentro violento, pero finalmente Geesink logró trabar a Kaminaga.
Treinta segundos después Japón debía enfrentarse con la realidad: haber perdido en Judo.
Fue como si un niño de escuela le hubiera sacado la pelota a Maradona.
En realidad fue más grave, pero es una idea aproximada. Hubo un momento en que pareció que nadie respiraba. Luego Kaminaga se paró, miró a los ojos a Geesink y saludó profunda y respetuosamente. El holandés hizo lo mismo. Si Kaminaga sintió el peso de una tradición de mil años cayendo sobre él, no lo demostró. Sonrió y felicitó al nuevo campeón con el espíritu de los Juegos Olímpicos y, más importante aún, con el espíritu del Judo” (resaltados míos).
Otra historia fue la que presencié hace unos años en un campeonato en la ciudad de Concordia (RA), en un ámbito más doméstico pero creo que sirve para ilustrar: durante un combate, un joven concordiense alumno del Maestro Miguel Perichón, venía ganado holgadamente, pero para sorpresa de todos, su oponente le entra un lance perfecto logrando el Ippon, y gana el combate. Emocionante fue ver al casi ganador, ahora derrotado, levantarse del suelo golpeando sus manos en forma de aplauso, que lentamente se fue propagando por todo el recinto y terminamos todos emocionados y aplaudiendo, tanto la técnica del ganador, así como (y más que nada) la grandeza del perdedor, quien luego…. al igual que Kaminaga, pero más de cuarenta años después; miró a los ojos a su contrincante y lo saludó profunda y respetuosamente.
Termino con el deseo de un ¡feliz día del judo! a todos los practicantes de este noble arte, y particularmente a todos los amigos Judokas y también en memoria de quienes ya no están entre nosotros pero que practicaron y amaron este deporte.
Luis E. Marziotte Ahmedabad
Este 28 de octubre se cumplen 151 años del nacimiento de Jigoro Kano, quien a los veintidós años crea el JUDO (JU =suave, DO=camino). La UNESCO ha declarado al Judo como el mejor deporte inicial formativo para niños y jóvenes de 4 a 21 años.
La Federación Internacional de Judo (FIJ) instituye que a partir de este año se festeje el día anual de concientización sobre el judo y sus valores. Este año, el valor del respeto fue elegido como el tema principal del Día Mundial de Judo.
A los efectos de ilustrar hasta que punto existe el respeto sobre un tatami (Tapiz donde se practica Judo) voy a contar dos historias:
De un artículo de la revista Cinturón Negro, escrito por Dave Lowry, conocido practicante de artes marciales, extracto lo siguiente: “ El Judo…introducido en 1964 en los Juegos Olímpicos de Tokio” “¡Los japoneses fueron derrotado en su propio terreno!
Akio Kaminaga, tres veces campeón nacional de Japón enfrentó al holandés Antón Geesink por la medalla de oro en judo ¡y perdió!
Fue un encuentro violento, pero finalmente Geesink logró trabar a Kaminaga.
Treinta segundos después Japón debía enfrentarse con la realidad: haber perdido en Judo.
Fue como si un niño de escuela le hubiera sacado la pelota a Maradona.
En realidad fue más grave, pero es una idea aproximada. Hubo un momento en que pareció que nadie respiraba. Luego Kaminaga se paró, miró a los ojos a Geesink y saludó profunda y respetuosamente. El holandés hizo lo mismo. Si Kaminaga sintió el peso de una tradición de mil años cayendo sobre él, no lo demostró. Sonrió y felicitó al nuevo campeón con el espíritu de los Juegos Olímpicos y, más importante aún, con el espíritu del Judo” (resaltados míos).
Otra historia fue la que presencié hace unos años en un campeonato en la ciudad de Concordia (RA), en un ámbito más doméstico pero creo que sirve para ilustrar: durante un combate, un joven concordiense alumno del Maestro Miguel Perichón, venía ganado holgadamente, pero para sorpresa de todos, su oponente le entra un lance perfecto logrando el Ippon, y gana el combate. Emocionante fue ver al casi ganador, ahora derrotado, levantarse del suelo golpeando sus manos en forma de aplauso, que lentamente se fue propagando por todo el recinto y terminamos todos emocionados y aplaudiendo, tanto la técnica del ganador, así como (y más que nada) la grandeza del perdedor, quien luego…. al igual que Kaminaga, pero más de cuarenta años después; miró a los ojos a su contrincante y lo saludó profunda y respetuosamente.
Termino con el deseo de un ¡feliz día del judo! a todos los practicantes de este noble arte, y particularmente a todos los amigos Judokas y también en memoria de quienes ya no están entre nosotros pero que practicaron y amaron este deporte.
Luis E. Marziotte Ahmedabad