15.49 | LA DIETA MEDITERRÁNEA

De Los Medios Internacionales. Colaboración de Juan Minte B.

Más bondades de la dieta mediterránea. Un estudio europeo, con casi 4.000 participantes españoles, desvela que los sexagenarios que siguen las pautas alimenticias son más longevos.
"Una dieta que se base en los vegetales y en las grasas insaturadas y que recuerde a la dieta mediterránea puede ser especialmente apropiada para las personas mayores, un grupo cada vez mayor en Europa", concluyen los autores de este trabajo, publicado en la edición on line del 'British Medical Journal'.
Muchas verduras, frutas, legumbres y cereales, pescado; más grasas no saturadas (sobre todo, aceite de oliva) que saturadas; escasa carne y un poquito de vino. Éstas son las claves de esta alimentación, que ya había demostrado sus bondades para prevenir las enfermedades cardiovasculares o el cáncer.
Precisamente, los nuevos hallazgos se basan en un gran estudio europeo (el EPIC, siglas de Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición, EPIC en inglés) que está evaluando la relación entre las pautas alimenticias y los tumores en diez países. En la presente investigación, los autores analizaron los datos de cerca de 75.000 personas sanas y mayores de 60 años (entre los que había unos 3.800 españoles) de nueve de estos países.
Un total de 4.000 voluntarios fallecieron durante el seguimiento, que duró más de siete años. Al cotejar los óbitos con los hábitos alimenticios de estas personas se vio que cuantos más fieles fuesen a la dieta mediterránea, menos posibilidades tenían de fallecer, independientemente de otros factores, como el sexo, la actividad física o el consumo de tabaco.
En concreto, por cada dos puntos que ganase en la adherencia a esta alimentación -en una escala de 0 (los menos adeptos) a 10 (los más fanáticos), las probabilidades de fallecer del participante se reducían un 8%. Es decir, que una persona de 60 años que sea muy fiel a estas pautas nutricionales puede vivir un año más que una persona de la misma edad que no la siga.
El efecto era aún más acusado en Grecia (el país con más participantes que seguían esta alimentación) y España (que ostentaba el segundo puesto en el ranking), algo que los autores atribuyen "en esos países la dieta es genuinamente mediterránea". Y es que a la hora de valorar la fidelidad de otros países a este tipo de alimentación, los autores realizaron una definición propia, aceptaron, por ejemplo, otras grasas saludables, además del aceite de oliva, como son las polinsaturadas (presentes en el pescado, frutos secos, aceite de semilla de colza o de girasol, etc.).
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