De Los Medios Internacionales.
El ejercicio físico tiene efectos espectaculares en las personas obesas y en los diabéticos:
• Diabetes tipo I
Hoy se sabe que en el caso de la diabetes de tipo I, o juvenil, la actividad deportiva genera beneficios a condición de que la persona se encuentre en un momento de buen equilibrio metabólico y reconsidere la dieta y la provisión de insulina en función del nuevo régimen energético impuesto por la actividad deportiva. En el caso de la diabetes de tipo I, una enfermedad autoinmune, el ejercicio físico es fundamental no a nivel de la prevención sino de la terapia. La actividad física, insulina y alimentación representan los puntos claves de la terapia contra la diabetes.
• Diabetes tipo II
En este tipo de diabetes del adulto, la actividad física contribuye a un significativo mejoramiento de las condiciones metabólicas gracias a una mejora en la utilización periférica de la glucosa. El ejercicio físico tiende a disminuir la glucemia y el colesterol, especialmente la fracción mala, LDL y a aumentar la buena, HDL. Además disminuye los triglicéridos y favorece una mejor utilización del azúcar a nivel del músculo.
El ejercicio físico tiene efectos espectaculares en las personas obesas y en los diabéticos:
• Diabetes tipo I
Hoy se sabe que en el caso de la diabetes de tipo I, o juvenil, la actividad deportiva genera beneficios a condición de que la persona se encuentre en un momento de buen equilibrio metabólico y reconsidere la dieta y la provisión de insulina en función del nuevo régimen energético impuesto por la actividad deportiva. En el caso de la diabetes de tipo I, una enfermedad autoinmune, el ejercicio físico es fundamental no a nivel de la prevención sino de la terapia. La actividad física, insulina y alimentación representan los puntos claves de la terapia contra la diabetes.
• Diabetes tipo II
En este tipo de diabetes del adulto, la actividad física contribuye a un significativo mejoramiento de las condiciones metabólicas gracias a una mejora en la utilización periférica de la glucosa. El ejercicio físico tiende a disminuir la glucemia y el colesterol, especialmente la fracción mala, LDL y a aumentar la buena, HDL. Además disminuye los triglicéridos y favorece una mejor utilización del azúcar a nivel del músculo.