De Los Medios Internacionales.
Los deportes tienen un significado compensatorio porque conceden a quien lo practica la satisfacción negada en diversas circunstancias de la vida. La actividad deportiva, además a través de los juegos y sus reglas, acostumbra al adolescente a las dificultades existenciales y templa su carácter, haciéndolo al mismo tiempo comprender cuán importante es la constancia en el empeño para obtener resultados siempre mejores, adquirir el sentido de autocontrol y de autosuficiencia; además enseña el respeto hacia los compañeros y adversarios.
La actividad física en el campo neurológico presenta beneficios también para los ancianos. Un estilo de vida sedentario constituye un factor de riesgo en general para los problemas circulatorios a nivel cerebral. Una mejora en el bienestar físico puede reducir fuertemente los problemas en la actividad cotidiana. Una mejora general de la energía puede ser muy importante sobre todo en los ancianos, y así también en los pacientes que inician problemas neurológicos como pequeñas dificultades para caminar o en el equilibrio. La actividad física en el anciano es muy importante para prevenir una serie de enfermedades que tienen como origen un déficit motor o del equilibrio o de la coordinación.
Los estudios demuestran cómo el ejercicio físico mejora no sólo las funciones motoras sino también las sensitivas. Esto confirma cómo ciertos parámetros, que en el anciano tienden a disminuir, como el equilibrio y la coordinación, con un programa específico de diez semanas se pueden mejorar fuertemente.
En la niñez y la adolescencia se recomiendan todos los deportes de equipo y de competición, al menos dos veces por semana y todo tipo de juegos los fines de semana.
En la adultez y la vejez, son ideales los ejercicios aeróbicos suaves como la caminata y los de coordinación y concentración, como gimnasia y yoga. Es ideal practicarlos quince minutos por día.
Los deportes tienen un significado compensatorio porque conceden a quien lo practica la satisfacción negada en diversas circunstancias de la vida. La actividad deportiva, además a través de los juegos y sus reglas, acostumbra al adolescente a las dificultades existenciales y templa su carácter, haciéndolo al mismo tiempo comprender cuán importante es la constancia en el empeño para obtener resultados siempre mejores, adquirir el sentido de autocontrol y de autosuficiencia; además enseña el respeto hacia los compañeros y adversarios.
La actividad física en el campo neurológico presenta beneficios también para los ancianos. Un estilo de vida sedentario constituye un factor de riesgo en general para los problemas circulatorios a nivel cerebral. Una mejora en el bienestar físico puede reducir fuertemente los problemas en la actividad cotidiana. Una mejora general de la energía puede ser muy importante sobre todo en los ancianos, y así también en los pacientes que inician problemas neurológicos como pequeñas dificultades para caminar o en el equilibrio. La actividad física en el anciano es muy importante para prevenir una serie de enfermedades que tienen como origen un déficit motor o del equilibrio o de la coordinación.
Los estudios demuestran cómo el ejercicio físico mejora no sólo las funciones motoras sino también las sensitivas. Esto confirma cómo ciertos parámetros, que en el anciano tienden a disminuir, como el equilibrio y la coordinación, con un programa específico de diez semanas se pueden mejorar fuertemente.
En la niñez y la adolescencia se recomiendan todos los deportes de equipo y de competición, al menos dos veces por semana y todo tipo de juegos los fines de semana.
En la adultez y la vejez, son ideales los ejercicios aeróbicos suaves como la caminata y los de coordinación y concentración, como gimnasia y yoga. Es ideal practicarlos quince minutos por día.